martes, 30 de noviembre de 2010

El aborto en Chile. ¿Hay razones para legalizarlo?


El aborto ha sido un problema ético y generador de debates desde siempre. Es que en esta practica se juega con la vida de otro ser, aparte de la propia. En Chile el aborto es ilegal desde 1989, aunque desde 1931 hasta el año mencionado anteriormente, fue legal en casos de que la madre corriera algún riesgo vital.

Hoy nuevamente se genera debate frente a este tema, legalizar o no el aborto por razones de salud física y/o mental. Sin embargo, al hacer el aborto legal se estaría apoyando la irresponsabilidad de las mujeres, que frente a una situación de responsabilidad extrema, quieren huir de la presión.

En primera instancia, porque todos los años se realizan abortos clandestinos en nuestro país, a mujeres las cuales su embarazo no implica un riesgo para su salud, mujeres que no aceptan su nueva condición de madres o que no quieren enfrentar su embarazo por miedo o temor al pensamiento de la sociedad, una situación de total irresponsabilidad.

A lo dicho anteriormente podemos agregar un dato estadístico. Es en Chile donde se producen más abortos inducidos de Latino América, más que en los países donde esta practica esta legalizada. Esto demuestra la irresponsabilidad de la mujer chilena. En nuestro país se realizan 40.000 abortos al año aproximadamente, esto se conoce debido a que la mujer fue arrestada tras el aborto, murió en el aborto o acudió al hospital por alguna complicación. Se estima que los abortos clandestinos pueden llegar a 160.000 al año según expertos en materia reproductiva.

Por otra parte, sabemos que al realizar un aborto se esta poniendo en juego la vida de dos seres. La madre, que exige su derecho a la vida y la salud. Y el bebe, en estado embrionario o fetal, que no puede defenderse ni exigir nada, pero que sin embargo también posee estos derechos.

También sabemos que muchas veces por un diagnostico fatal, realizado por la matrona o el ginecólogo que sigue el embarazo, donde establece que el bebe nacerá muerto por malformaciones, la mujer piensa en lo mas fácil y menos “doloroso” que ver morir a su bebe al nacer, realizar un aborto. Sin embargo la realidad puede ser otra. Muchas veces estos diagnósticos se pueden acercar a la realidad pero también puede haber errores. Existen casos en los que el bebe al cual se le diagnosticó una muerte al nacer, nace y vive por unos minutos. Sin duda que si la madre hubiera realizado el aborto no hubiera podido disfrutar a su bebe ni unos minutos, mas bien los hubiera despreciado, y a lo mejor no tan solo unos minutos, sino nueve meses de vida de ese bebe que estaba dentro de ella.

En un discurso el Papa Juan Pablo II dijo: “la vida del hombre proviene de Dios, es su don, su imagen e impronta, participación de su soplo vital. Por lo tanto, Dios es el único Señor de esta vida: el hombre no puede disponer de ella.”Solo él puede decir: “Yo doy la muerte y doy la vida”.Aunque un doctor o cualquier persona diga aquí hay o habrá muerte, solo Dios puede disponer de ello, deberíamos como mujeres responsables aceptar la voluntad de Dios, y su gran don de la vida.

Sin duda para muchas personas el perder un hijo, por cualquier razón, en estado fetal o ya nacido es un dolor muy grande. Esto no se puede conocer, ni entender fácilmente sin haber vivido la experiencia, como tampoco es entendible que mientras unas personas sufren por esa perdida otras personas totalmente irresponsables e inconscientes paguen para que le maten a su hijo o hija.

Sabemos que la vida es un derecho para la mujer, y cuando esta está en peligro debemos de alguna forma hacer algo. Pero si el bebe que viene en camino no tiene ningún problema, y podrá desarrollarse normalmente, que egoísmo de la madre pensar en abortar. Si a ella se le permitió nacer y vivir, por que no hacer lo mismo. No hay nada mas lindo que dar la vida por los hijos, y que feo es cuando un ser humano asesina a un niño, pero eso no se piensa al momento de abortar.

Hay una frase muy conocida que apoya lo anterior: “El fin no justifica los medios”. El recurrir a la muerte, al asesinato, para salvar una vida es algo muy bajo del ser humano.

He dado múltiples argumentos para rechazar rotundamente la práctica del aborto en nuestro país. El permitirles a las mujeres abortar para no enfrentar una realidad, una responsabilidad, una voluntad de Dios, es como permitirles matarse entre ellos, legalizar el homicidio seria fatal. La Biblia nos enseña los mandamientos, uno de ellos nos dice: “NO MATARAS”, pero no se refiere solo a los adultos, esta demostrado que los bebes en su desarrollo embrionario y fetal, sienten y oyen, se mueven y forman un lazo con su madre, están vivos.

Para concluir les relatare una pequeña historia que los hará pensar mucho y que un día escuche.

El Mejor  Ginecólogo

 

Llega una mujer muy asustada al consultorio de su ginecólogo y le dice:
-Doctor por favor ayúdeme, tengo un problema muy serio. Mi bebé aún no cumple un año, y ya estoy de nuevo embarazada. No quiero tener hijos en tan poco tiempo, prefiero un espacio mayor entre uno y otro...

Entonces el médico le preguntó: Muy bien, entonces que quiere que yo haga.
Ella respondió: Quiero interrumpir mi embarazo y quiero contar con su ayuda.

El médico se quedó pensando un poco y después de algún tiempo de silencio le dice a la mujer: Creo que tengo un método mejor para solucionar el problema y es menos peligroso para usted.

La mujer sonrió, pensando que el médico aceptaría ayudarla.
El siguió hablando: Vea bien señora: para no tener que estar con dos bebés a la vez en tan corto espacio de tiempo, vamos a matar a este niño
que está en sus brazos. Así usted podrá descansar para tener el otro, tendrá un período de descanso hasta que el otro niño nazca. Si vamos a matar no hay diferencia entre uno y otro de los niños. Y hasta es más fácil sacrificar este que usted tiene entre sus brazos puestos que usted no correrá ningún riesgo.

La mujer se asustó y dijo: ¡No Doctor! ¡Que horror! ¡Matar a un niño es un crimen!

- También pienso lo mismo señora, pero me pareció usted tan convencida de eso, que por un momento pensé en ayudarla. El médico sonrió y después de algunas consideraciones vio que su lección surtía efecto.

Convenció a la madre que no hay diferencia entre matar un niño que ya nació y matar a uno que esta por nacer, y que esta vivo en el seno materno.
¡El crimen es exactamente lo mismo!




Marta Jara Fuenzalida

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